Este fin de semana estuvimos en la Feria del libro antiguo y de ocasión organizada por la Asociación de libreros de Castilla y León, Alvacal.

Los cuatro talleres fueron de animación a la lectoescritura, estimulando la imaginación a través del juego. Incluso recuperamos juegos tradicionales como la «tanga» o «rayuela». Para este juego los más pequeños se acercaron a los más mayores a preguntarles si alguna vez habían jugado y de que manera. Nos lo explicaron encantados. Probamos un par de veces a jugar de manera tradicional, pero después lxs peques se inventaron sus propias normas y pruebas, todas en relación con la palabra, libros y librerxs. Juegos para utilizar la máquina de escribir y contar un sueño o una pesadilla, o un deseo etc etc etc. Teníamos 10 sobres con 5 pruebas en el interior de cada sobre ideadas por lxs peques. Hicieron todas y después tuvimos que adaptar el juego, cada vez que caía la piedra (a falta de teja) en un número, el resto de peques decían a esa persona la prueba que se les ocurría en ese momento.

Funcionó genial y no se querían ir. Al principio estaban super tímidos, después estaban deseando preguntar a libreros y libreras por su libro favorito, cuantos libros tenía en su casa etc etc etc o recitar a través de un tubo de cartón su poema favorito.

Este fue solo uno de los 4 talleres.

Hicimos otros de «Historias por un tubo», «La carta que te conté» y «Relatos surrealistas». En todos trabajamos la imaginación, la improvisación, la desinhibición, la escucha, la confianza a través de la voz y cómo no, la lectoescritura.

Muchos peques repitieron.

Hubo cartas en idiomas inventados, un micrófono para compartir fragmentos de lecturas de 16 libros diferentes, tizas para pintar rayuelas, acuarelas para decorar las cartas a desconocidxs que escondieron por la feria, hubo risas, vergüenza y muchos juegos.